Eterno niño de tres años

En fin, a lo que voy con todo esto es a algo más frívolo y es a que terminando el noticiero, justo cuando va a empezar el programa "Hoy" en el canal 2, yo hago un ritual muy personal, que llamo: "Apagar la tele antes de que salgan los pendejos de Hoy". Pocas cosas me revientan tanto como el elenco de ese programa; una combinación de imbéciles tratando de ser listos, simpáticos e interesantes cuando, evidentemente, no son nada de eso. Su inútil esfuerzo, lejos de complacer al televidente, sólo desata un huracán de estupidez inaguantable, como si se abriera la caja de pandora de la mierda televisiva. Y conste que de ésa mierda ya hay mucha, pero "Hoy" la supera toda: Poza, que no fue feliz hasta sacar a todos los hombres del elenco para convertirse en el macho alfa, ahora no sólo se cree listo, sino que también cree que al televidente le interesan sus comentarios pletóricos de ignorancia; Legarreta, también celosa de las demás mujeres, lucha por robar cámara y parecer aguda, aunque se cansa de fracasar en obviedades; Marta Noséqué pretende ser escritora de tv y satura con sus "interesantes" historias del mundo de las telenovelas, que no son más que un montón de tonterías; Mizada, la horoscopista ladrona que, día con día, roba con sus repetidos y obvios consejos cósmicos. Luego está la Venezolana que no sé cuál es su "poder", pero que igualmente me caga, el Yogui gay y ya, son todos. Ah, no... falta Carmen, la productora, que no resiste el magnetismo de las cámaras y que cada que puede, sale a cuadro.
Ellos son "Hoy" y si usted es de los que se sienten capaces de recibir toneladas de mierda por los ojos y vivir para contarlo, lo reto. Hágame el día, vea esa mierda, sufra como un infeliz y, con lujo de detalle, cuénteme ese infierno para que yo, al leer su miseria, tenga razones para levantarme sin necesitar ver en el noticiero peores desgracias humanas. Hágalo para que pueda levantarme optimista y tranquilo un día más, sabiendo que Dios, eterno niño de tres años, ya descargó en usted --y en otros 6 millones de televidentes-- toda su ira, disfrazada de programa de televisión.