I. INTRODUCCIÓN.
Últimamente he sido acusado de monotemático; los idiotas me reclaman abusar de los temas del gimnasio, y aunque sé que no debería justificarme de ningún modo, ni dar explicaciones, sino mandar al carajo a estos grandes críticos, no lo haré; siempre me ha caracterizado mi tolerancia frente al imbécil. Lo que sí haré, en cambio, y como un postura meramente ideológica, será volver a abusar de los temas de mi gimnasio. En este caso, El Cabrón que se encuera.
II. PLANTEAMIENTO
En mi gimnasio hay un cabrón que gusta de enseñar su cuerpo desnudo. No sé si él sólo carezca de complejos, se sienta un Adonis digno de ser admirado, o simplemente busque un compañero para intimar. Pero el caso es que cada vez que me estoy vistiendo, él sale de la regadera y se muestra, orgulloso, como Dios lo trajo al mundo. Digo, nada contra el cuerpo humano, pero no sé hasta dónde esté bien mostrar lo de uno a tan corta distancia... Qué madres. Claro que sé, y sé que está mal. De hecho, si uno le rasca a la Biblia, encontrará en Corintios 12 algo acerca de ello: "De esta manera, no enseñareis a otros ni lo íntimo ni lo pudoroso, pues es motivo no sólo de vergüenza, sino también de escarnio y castigos infernales". Pero el cabrón que se encuera ha de ser ateo, pues no teme a estas advertencias. Por otro lado, he de decir que a su favor tiene el ser un buen charlador y dominar temas de interés y actualidad, ya que lo mismo habla de la música del ayer, como de los misteriosos porqués de las caídas financieras. Desafortunadamente, en su contra tiene charlar encuerado, y yo no le puedo dar mucha credibilidad a quien discute los contras de la inversión extranjera en México con su ése tan presente, como si fuera otro interlocutor. Estas charlas, dicho sea de paso, las realizo de pie, para que no quede duda de que cuando platico con él, lo miro a los ojos.
III. LAS INTERROGANTES
¿Neta es tan necesario mostrar el pito de uno al otro? ¿Habrá algo tribal de por medio... una suerte de código de hombría que desconozco? ¿Será una tradición mexicana que la globalización está haciendo desaparecer? ¿Algo milenario llamado La Muestra de los Pitos? ¿Un antiguo y honorable saludo, rompedor de todos los hielos? Si así fuera... ¿Estoy siendo grosero por no enseñar lo mío? ¿El cabrón que se encuera escribirá mal de mí por no hacer lo propio? ¿Me llamará El Cabrón que no se encuera? ¿Se sentirá robado por mostrarse y no recibir nada a cambio? ¿Una suerte del también milenario Yo te enseño, tú me enseñas?
IV. MIS CONCLUSIONES
1. No tengo nada contra el tema fálico, pero tampoco necesito que el tema fálico se balanceé frente a mí.
2. Enseñar el pito a otro es definitivamente una forma de insulto. De ahí la conocida seña del dedo medio.
3. Cualquier cabrón que se encuere frente a uno lo está insultando gravemente. La cosa es que entre el pinche gobierno, los jipis y las ONGs nos han convencido de que no, que se trata sólo de algo natural.
4. No basta que el pito sea algo natural para que su exhibición pública no sea motivo de agravio. Ej. Si yo le pinto un pito a Aguien, de coche a coche, cuando Alguien me reclame no le puedo decir: "No te azotes, rey... el pito es algo natural" pues él bien podría responder: "Natural" también es la caca y no te la aviento, ¿verdad? Y tendría harta razón.
V. RESUMEN
Cabrón que se encuera, deja de hacerlo...