sábado, noviembre 04, 2006

Ese misterioso tufo a trapo húmedo

Cuanta güeva me da nomás de pensar en el complicado fenómeno de las maletas. Y es que nunca he sido bueno haciéndolas. Me neurotiza decidir con qué cosas llenarlas y me presiona tener que asegurarme de qué tan adecuadas son esas cosas; si llevo ropa de más o de menos, si de frío cuando hará calor o de calor cuando hará frío. Invariablemente se me olvida el cepillo de dientes o la toalla (cuando voy a donde no habrán), el pantalón que me gusta está apestado con ese misterioso tufo a trapo húmedo que no se quita con nada y la única playera limpia es la que va bien con el pantalón del tufo. Por si esto fuera poco, mis maletas son malas, viejas, feas; sólo una tiene llantitas y éstas se van chueco. Voy por los pasillos de las terminales mentando madres a una maleta que no me obedece, que se sigue hacia donde no vamos o que simplemente hace un berrinche, dejándose caer de lado, como si estuviera borracha. Llevar esa maleta es una pesadilla que sólo termina conmigo cargándola y con la gente viéndome mientras ha de pensar: "Miren a ese imbécil... carga una maleta que trae llantitas... hay que ser estúpido". Y es que casi todas mis maletas son pequeñas y ésa, que es "la grande", es una miseria que encima se desparrama hacia los lados, haciendo más las veces de un saco que de una maleta, provocando que mi ropa no sólo llegue sucia (y apestada por el pantalón del tufo que igual me llevo porque me gusta mucho), sino también arrugada y que, si de barbas me acordé de llevar mi cepillo de dientes, no lo encuentre en ese desmadre de peste, arrugas y desbordamientos sino hasta que regrese y vacíe la incómoda maleta y me ponga furioso por haber sido tan güey de no haber revisado bien la maleta-saco y haber tenido que comprar un cepillo de 12 dólares que no volveré a ver hasta que tenga otro viaje, lo vuelva a olvidar y me compre un tercero.Todo por culpa de esa bofa maleta. Sin embargo, cuando me quejo de esto con mis amigos y me sugieren que gaste en una buena maleta, que no son tan caras como útiles y yo casi me convenzo pensando que efectivamente debería hacerlo, siempre termino desistiendo al acordarme de cuánta güeva me da nomás de pensar en el complicado fenómeno de las maletas.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

soy tu fan, groupie, guau, me hiciste llorar de la risa

12:21 a.m.  

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